" La Guerra Sino-francesa no declarada

La Guerra Sino-francesa no declarada

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Hasta el año 1884, Francia había llevado a cabo una intensiva campaña de conquista de Vietnam, donde había fundado la Colonia Francesa de la Conchinchina y el Protectorado Francés de Vietnam. Hasta entonces, Vietnam había tenido como principal aliado al Imperio 清 Qīng, e incluso tropas de élite protegían una parte del Reino de Vietnam. Tras una negociación para evitar la guerra entre China y Francia, el gobierno 清 Qīng había aceptado retirar sus tropas de Vietnam, aunque nunca se especificó una fecha. De esta forma, cuando las tropas francesas intentaron penetrar en el territorio guardado por tropas 清 Qīng se produjo un terrible enfrentamiento que se saldó con una aplastante victoria sobre Francia. Las autoridades francesas exigieron disculpas formales y una compensación económica desorbitada. Tras negarse a disculparse, junto a la negativa a compensar al país, los mandos franceses decidieron realizar un ataque sobre territorio chino, invadir una isla para crear luego una colonia francesa (de manera similar a como ya habían hecho los británicos en 香港 Xiānggǎng, Hong Kong) y declararle la guerra al Imperio 清 Qīng exigiendo dinero y tratos especiales.

Un disparo en el pie

El 22 de agosto de 1884, el almirante Anatole-Amédée-Prosper Courbet (1827–1885) recibió órdenes de atacar el Arsenal de 福州 Fúzhōu en la provincia de 福建 Fújiàn y realizar otros ataques menores sobre objetivos militares en la provincia de 浙江 Zhèjiāng. Acompañando a los buques de guerra franceses, buques británicos y norteamericanos presenciaron la batalla como neutrales, aunque asistiendo a los barcos franceses. El Arsenal de 福州 Fúzhōu había sido construido solo unos años antes con la ayuda de asesores e inversionistas franceses y allí se encontraban algunos de los buques más importantes de la Armada de China. 

Arsenal de 福州 Fúzhōu en 1880.

Al no haber una declaración de guerra, los buques franceses pudieron ingresar al 闽江 Mǐn Jiāng, Río Mǐn para realizar el ataque sin que hubiera una respuesta por parte de las posiciones fortificadas que cubrían la entrada al río. No obstante, al ver acercarse a los buques franceses al arsenal, los barcos chinos adoptaron rápidamente posiciones defensivas sobre la zona portuaria, buscando proteger algunos puntos de vital importancia como las líneas de telégrafo, las oficinas de aduanas y el astillero. No obstante, tras el posicionamiento era obvio que los buques chinos estaban en inferioridad de capacidad ofensiva y muchos de sus barcos eran incluso viejos barcos de madera que esperaban su pronto reemplazo. La Armada de China se encontraba en pleno proceso de renovación, con nuevas adquisiciones provenientes de Europa, algunos de los primeros diseños modernos chinos y los primeros barcos de metal fabricados en el país. Los marineros estaban en proceso de entrenamiento, con especialistas estudiando y aprendiendo de las mejores armadas de la época y no contaban con la experiencia de los comandantes franceses que llevaban décadas navegando los mares y atacando posiciones en el extranjero.

Zafarrancho de combate

El 23 de agosto, luego del almuerzo, los comandantes franceses dieron la orden de atacar a la flota china. A la 1:30 comenzaron los movimientos ofensivos y los comandantes chinos tardaron 15 minutos en notar la actividad enemiga y dar la orden de defender la posición. Hasta las 2:00 ambas flotas realizaron complejas maniobras. Cuando un buque chino intentó aproximarse a las posiciones francesas para atacar, el almirante Courbet ordenó comenzar el bombardeo. 

La corbeta 揚武 Yáng wǔ y la cañonera 福星 Fúxīng en la mañana del ataque.

Courbet deseaba probar en un combate real una nueva adquisición de la Armada, una poderosa y moderna arma que, sobre el papel, sería capaz de hundir con gran facilidad cualquier buque que alcanzara: el torpedo, un proyectil que daña a los barcos por debajo de su línea de flotación. Esta fue una de las primeras pruebas reales del arma moderna en el campo de batalla. Una lancha torpedera se lanzó al rápido ataque contra la corbeta 揚武 Yáng wǔ, el buque insignia chino. El arma utilizada era un torpedo de pértiga, que se adhiere al casco del barco enemigo utilizando una larga vara a una corta distancia. Por lo tanto, la lancha torpedera sufrió serios daños en su rápido viaje contra la corbeta china. No obstante, logró alcanzar su objetivo y dejar inoperativa a la corbeta 揚武 Yáng wǔ. 

Ataque de las dos torpederas francesas sobre la corbeta 揚武 Yáng wǔ y el buque 伏波 Fúbō. Pintura por Charles Kuwasseg, 1885.

El comandante 张佩纶 Zhāng Pèilún (1848-1903) realizó la mejor respuesta que le fue posible con su inferioridad en el campo de batalla y las limitaciones estratégicas. Las dos torpederas francesas fueron dejadas rápidamente fuera de combate tras realizar los dos primeros devastadores ataques y los buques chinos continuaron atacando incluso en llamas. Buscando desbandar al enemigo, el comandante chino ordenó concentrar el fuego sobre el buque insignia francés, buscando herir o ejecutar al almirante. Los buques chinos debieron acercarse para realizar el ataque, ya que el buque insignia francés tenía un mayor alcance. Aunque consiguieron dañar al buque francés, e incluso murió un piloto británico que asistía a la nave, no consiguieron su objetivo y fueron hundidos rápidamente. A las 5:00 de la tarde la batalla ya había terminado y no había buques chinos operativos capaces de defender el puerto. 

Courbet dirigiendo el ataque desde el Volta. Pintura por Charles Leduc (1831-1911).

Los cañoneros

En la mañana del 24 de agosto, el almirante Courbet ordenó a las tropas prepararse para desembarcar en el arsenal. No obstante, tras realizar observaciones descubrió que un gran número de modernas tropas imperiales 清 Qīng ya estaban en posición defensiva esperando el intento de desembarco. Con las tropas ya en los botes de desembarco, el almirante francés ordenó cancelar el ataque anfibio. En su lugar, decidió seguir las doctrinas militares de la época, realizando un cañoneo a gran escala sobre el arsenal, buscando causar la máxima destrucción posible para atemorizar al gobierno chino. 

Representación del bombardeo francés, notar que las tropas se encuentran en los botes de desembarco observando la destrucción. Autor desconocido.

El arsenal no era como los antiguos puertos chinos, que no estaban preparados para recibir intensos bombardeos enemigos, por lo que el ataque francés no causó un gran daño sobre las posiciones chinas. El propio almirante Courbet admitió en su informe a Francia que no había causado daños significativos. 

Representación del bombardeo por Joseph Nash - The Graphic, Oct. 18, 1884.

En igualdad de condiciones

Tras el ataque torpedero francés, el almirante Courbet había quedado muy satisfecho, ya que había conseguido probar que la nueva incorporación era efectiva. Con tan solo un ataque, cada lancha torpedera había dejado fuera de combate a dos de los buques chinos más importantes. No obstante, Francia no era la única potencia con acceso a la mejor tecnología. En la noche del 24 de agosto, los barcos franceses permanecieron bloqueando el puerto. A las 4 de la mañana, dos lanchas torpederas chinas se lanzaron a toda velocidad contra el buque Vipère. La falta de cobertura por parte de otros barcos de guerra y la falta de experiencia de los marineros chinos que nunca habían realizado un ataque con torpedos les jugó en contra. Los centinelas franceses dieron aviso del ataque y rápidamente las lanchas fueron divisadas por los cañones y atacadas. La primera lancha fue hundida, mientras que en la segunda la tripulación saltó al agua y nadó hasta la costa.

Destrucción desde el río

Luego de recibir felicitaciones de los comandantes británicos y norteamericanos, el almirante francés inició una serie de ataques sobre posiciones fortificadas en el 闽江 Mǐn Jiāng, Río Mǐn. Los primeros ataques en los días 25 y 26 fueron un éxito francés, ya que consiguieron destruir una serie de baterías costeras chinas descendiendo por el río y atacando a las fortificaciones desde detrás. Empero, los días 27 y 28, cuanto intentaron acabar con los fuertes que cubrían la entrada del río recibieron una dura respuesta china. El acorazado La Galissonnière fue terriblemente dañado al intentar remontar el río para unirse al cuerpo de Courbet. Además, un gran número de marineros franceses fueron heridos desde posiciones fortificadas desde donde atacaban las tropas de infantería chinas. 

El crucero Duguay-Trouin liderando los ataques en el río, seguido por el acorazado Triomphante. Autor desconocido.

El verdadero fin de la guerra

Tras el primer arrasador ataque, la Armada de Francia se dirigió a la isla de 台湾 Táiwān para realizar un bloqueo, una serie de bombardeos y un desembarco para reclamar el territorio. Todo parecía apuntar a que sería cuestión de tiempo y bombardeos para doblegar la voluntad del gobierno chino. Aunque las tropas de tierra francesas habían encontrado graves dificultades enfrentando a renovadas tropas chinas, en el mar la situación parecía decantarse en favor de Francia. La aplastante victoria francesa se debía en parte a la falta de experiencia en doctrinas marítimas, algo que con las tropas de tierra no ocurría, ya que habían podido llevar a la práctica las teorías durante el enfrentamiento contra distintos levantamientos campesinos en el país. También se debió a que algunos modernos buques adquiridos en Europa habían sido retrasados para evitar que estuvieran disponibles para estos enfrentamientos. Además, Francia contaba con el apoyo de Gran Bretaña y Estados Unidos que, aunque no atacaban, brindaban un soporte logístico y de inteligencia a los buques franceses, además de recolectar información para futuros enfrentamientos con China. 

Restos de la corbeta 揚武 Yáng wǔ. Fotógrafo desconocido.

El hecho de que Francia atacara sin declarar la guerra, y de hecho no lo hizo ni siquiera después del ataque, facilitó que los buques de guerra se posicionaran y penetraran en ríos donde no habrían tenido posibilidad de ingresar si hubieran sido vistos como barcos enemigos. 

Desde Japón el enfrentamiento era seguido de cerca tal y como atestigua esta representación de Utagawa Kunisada III. Con la destrucción de parte de la Armada de China, Japón podría lanzar un ataque para crear una colonia.

Fervor patriótico

La dinastía 清 Qīng estaba comprobando que su primera oleada de reformas había conseguido resultados dispares. A partir de estos primeros resultados algunos pensadores y administradores comenzarán a pensar que se deben acelerar los procesos de reforma para equipararse con las potencias coloniales, especialmente al ver el gran progreso de Japón, que estaba comenzando a perfilarse como una nueva potencia hambrienta de colonias. Esto provocará en pocos años una terrible pelea interna dentro del gobierno entre reformadores y conservadores que será la semilla de la decadencia final de la dinastía. No obstante, el terrible ataque francés, sin declaración de guerra, unirá al pueblo chino con las autoridades imperiales. 

Litografía china de la batalla. Autor desconocido.

A lo largo y ancho del país, un clamor popular por la defensa de las fronteras se elevará y en poco tiempo surgirán verdaderos héroes dispuestos a dejar su vida para detener el avance francés. Incluso en la Colonia británica de 香港 Xiānggǎng se producirán incidentes entre chinos y extranjeros. Las manifestaciones de un grupo de obreros chinos contra las autoridades coloniales en reclamo por los ataques franceses acabarán con luchas callejeras, trabajadores chinos ejecutados y amenazas por parte de las autoridades británicas para que los chinos residentes en la colonia den su apoyo a Francia. 

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3 comentarios

  1. El pueblo chino siempre admirable 🇨🇳♥️

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    1. Nos alegra saber que estos artículos sobre la historia moderna de China le resultan interesante. Lamentablemente es una historia triste, porque incluso cuando aquí se pudo conseguir la victoria, llevará a que las potencias coloniales renueven sus fuerzas para invadir el país, llevandolo casi a la descomposición.

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    2. Por fortuna, el pueblo chino se mantuvo firme en su autodeterminación de conseguir la libertad. Por eso podemos ver tanto orgullo en la China actual, porque por sus propios medios, consiguieron grande éxitos.

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