" Perdido en China: sexta etapa

Perdido en China: sexta etapa

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Tras un viaje sin igual desde las antípodas de China, llegó el momento de iniciar la cuarentena en el país del Río Amarillo. Mucho se ha hablado sobre las cuarentenas de ingreso al país y lo cierto es que la experiencia de cada viajero es completamente diferente, en parte porque son enviados a hoteles muy distintos y en parte porque también depende de la familiaridad que cada uno tenga con cuestiones como el idioma o la comida. 


El régimen de cuarentenas

Para todos los viajeros que ingresan al país, sin importar de donde provienen o su nacionalidad, se les pide una cuarentena estricta de 7 días. Luego, si la persona tiene una residencia en China, debe hacer otros 3 días de cuarentena en su propia casa. En el caso de estudiantes y trabajadores nuevos, que tal vez no cuentan con un alojamiento en China, la universidad o la empresa puede disponer de un apartamento o de una habitación de hotel donde realizar la segunda parte de la cuarentena. Sin embargo, algunas administraciones provinciales podían pedir que se realizaran los 10 días de cuarentena estricta en el hotel de ingreso al país antes de poder ir al destino final, este era el caso de 北京 Běijīng por ejemplo.

Durante la estadía de cuarentena hay que obtener un código de salud en la aplicación del gobierno provincial. Este código muestra los resultados de los análisis PCR y tiene un código de colores para indicar la situación de cada viajero. El color rojo impide la circulación, el color amarillo permite circulación limitada y el color verde permite libre circulación. Si se realizan 7 días de cuarentena se habilita el código amarillo que permite viajar hasta el destino final, si se realizan 10 se activa el código verde. 

Después de algunas malas experiencias de coordinación entre las oficinas de salud provinciales y frente a la dificultad de coordinar el hospedaje de cada estudiante, la Universidad de 吉林 Jílín me solicitó que realizara la cuarentena de 10 días antes de llegar a la provincia. De esta forma podría acceder con un código verde, el propio personal de la universidad podría pasar a buscarme por el aeropuerto y podría luego alojarme directamente en un hotel estudiantil. Por lo tanto, tras la llegada a 广州 Guǎngzhōu me esperaban 10 días de cuarentena, esto se podía informar en la recepción del hotel al llegar.

El mejor hotel de cuarentena

El 广州市国际健康驿站 Guǎngzhōu shì guó jì jiàn kāng yì zhàn, Estación de salud internacional de la ciudad de Guǎngzhōu, es un hotel construido específicamente para viajeros que necesitan realizar la cuarentena de ingreso al país. Por lo tanto, contaba con muchas comodidades que un hotel tradicional no tiene. En primer lugar, la habitación, aunque minimalista, está diseñada para ser espaciosa y luminosa, algo fundamental si uno va a pasar hasta 10 días allí dentro. Por otro lado, se añadieron elementos como un rodillo masajeador y una colchoneta para realizar ejercicio, ya que es fundamental no descuidar el ejercicio físico durante tantos días. Como el hotel recibe a personas de todo el mundo, contaban las 24 horas del día con algunos intérpretes que podían mediar una conversación con el personal del hotel. Había intérpretes en inglés, japones, coreano y ruso, los principales que el hotel necesitaba. Además, toda la información, ya sea escrita o comunicada por audio era entregada en todos estos idiomas para facilitar la comprensión por parte del viajero.

La idea era que cada persona iniciara la cuarentena y no saliera de su habitación por ninguna razón, por ende, al ingresar ya se contaba con todos los elementos necesarios para todos los días de cuarentena, eso incluía desde objetos de uso cotidiano como jabón, papel higiénico y toallas, hasta botellas de agua, café y té. De elementos como las toallas incluso había recambios, para que no fuera necesario solicitar más en la recepción. De todas formas, si eventualmente cualquiera de los elementos cotidianos se acababa, se podía solicitar más llamando por teléfono a la recepción. 

La habitación contaba con pocos muebles, probablemente para conseguir dar sensación de un mayor espacio y para que fuera más fácil de desinfección luego de cada uso. No obstante, contaba con todo lo necesario para realizar una vida normal: una cama grande y cómoda, una mesa y una silla y espacio para guardar todo el equipaje. Elementos como el aire acondicionado o un termotanque privado son fundamentales para que cada huésped pueda acondicionar la habitación a su gusto, evitando pasar un frío o calor excesivo. Aunque 10 días pueden parecer mucho tiempo, en un espacio tan cómodo se pasan volando. Para complementar, un gran televisor con acceso a prácticamente todas las plataformas chinas permite disfrutar de películas y series desde la cama (además de conectarla a computadoras, tablets o móviles si uno cuenta con el cable necesario) y la conexión a internet es de las más rápidas que he probado no solo en China, sino en cualquier lugar del mundo. Esto ultimo es bastante sorprendente si tenemos en cuenta que, probablemente, unos cuantos cientos de huéspedes se conecten a internet durante gran parte del día y demanden mucho a la red, todos al mismo tiempo. 

La distribución de enchufes eléctricos es también muy buena, ya que es un hotel muy moderno, y de hecho, el manual del hotel dice que se pueden solicitar adaptadores universales para cada tomacorrientes si es necesario. Por fortuna, y aunque se agradece este detalle, China y Argentina comparten un extraño modelo de enchufe australiano que prácticamente ningún país del mundo tiene. De todas formas, los enchufes también permitían la toma europea y norteamericana.

La comida: el punto débil del extranjero

Uno de los temas que genera más dudas es la comida durante la cuarentena. Sobre este punto hay un mar de opciones y no es posible saber de antemano que régimen obtendrá uno al iniciar la cuarentena. Todos los hoteles ofrecen 3 comidas diarias, pero algunos también permiten pedir comida a domicilio. Algunos hoteles ofrecen un servicio de comidas aparte, o tienen un menú de platos, mientras que otros incluyen el precio de las comidas en el total y no es posible rechazarlas. De entre los que permiten pedir comida a domicilio, algunos permiten pedir cualquier comida que se ofrezca por internet, como por ejemplo platos de restaurantes, mientras que otros solo permiten entrar comida previamente envasada, como los paquetes cerrados de los supermercados (porque desinfectarán el paquete antes de llevarlo a la habitación). Los hay incluso que prohíben cualquier tipo de comida a domicilio, por lo que uno se ve limitado a los 3 platos diarios del hotel. Es imposible saber cuál será el régimen del hotel que a uno le toca en suerte hasta no estar ahí. Por esta razón, y con muy buen criterio, los viajeros suelen llevar algo de comida consigo, para complementar o directamente reemplazar algunos platos. No obstante, algunos han llegado a temer la inanición y se han visto huéspedes con, literalmente, valijas enteras cargadas de comida.

El tema de la comida en el hotel es complejo y no hay forma sencilla de realizar una recomendación que valga para todos. La comida que se sirve en los hoteles es, por norma general, comida china auténtica. Esto tiene lados positivos y lados negativos. El lado positivo es que la comida china es muy rica y bastante saludable, con platos para todos los gustos, además, no es comparable a la comida china que puede comerse en restaurantes chinos alrededor del mundo, ya que normalmente la comida en China es mucho más deliciosa. Quienes no son muy amantes de la comida de los restaurantes chinos pueden estar tranquilos porque no serán alimentados con “chaufán”, “arroz tres delicias” y “arrolladitos primavera”. El lado negativo es que, si a alguien no le gusta la comida china o nunca ha viajado a China, estos deliciosos platos podrían no satisfacer su paladar, debido a una falta de costumbre. Hay personas que son muy conservadoras con la comida y sufren mucho cuando no consiguen los platos típicos de sus tierras. Solo a este último grupo podríamos recomendarles cargar una maleta con comida suficiente para la cuarentena.

El hotel que me tocó en suerte no permitía comprar comida a domicilio, por lo que los únicos platos disponibles eran las 3 comidas diarias (que podían ser complementadas con algunos platos chinos a la carta por un módico precio). Desde Brasil cargaba con algunos chocolates para acompañar los cafés, pero no contaba con mucho más. En particular en China desde el Sur somos grandes amantes de la comida china, hemos podido probar gran cantidad de platos de diferentes tradiciones culinarias chinas a lo largo de nuestros viajes y sabemos que la gran mayoría de platos son de nuestro agrado. Es más, normalmente solemos cocinar platos chinos o de inspiración en las técnicas de cocción chinas utilizando ingredientes comprados en el Barrio chino. Por tanto, afronté la cuarentena a la espera de disfrutar de los deliciosos manjares chinos.

Comidas especiales

En mi caso particular soy vegetariano, y aunque intento limitar el consumo de huevo y leche cuando puedo, en China es algo más complejo eliminar estos últimos dos ingredientes de origen animal, por lo tanto, los consumo sin problemas. Al ingresar en la habitación, me esperaba un 方便面 fāng biàn miàn, fideos instantáneos de pollo. Lo bueno de los fideos instantáneos chinos es que todos los ingredientes vienen por separado, por lo tanto, leyendo con detenimiento cada paquete es posible no servir la carne y disfrutar de unos fideos vegetarianos. Cada marca y cada sabor es un mundo. A veces la carne viene separada y es el único ingrediente de origen animal, a veces se incluye una salsa en polvo que puede tener también grasas animales o carne en polvo e incluso un sobre de aceite puede tener grasas animales. Quienes no sean duchos con el chino podrán intentar confiar en su buena vista y utilizar solo el sobre de los vegetales (donde a veces puede estar también la carne), mientras que los estudiantes de chino podrán pasar un buen rato aprendiendo caracteres nuevos de aditivos y productos de origen animal y vegetal. 

Tras disfrutar de unos fideos instantáneos, completé el check-in en la aplicación del hotel y pude elegir entre dos regímenes de comida: menú completo o menú halal. La comida halal está muy extendida en toda China, ya que hay grandes comunidades musulmanas tanto nacionales como de extranjeros. No solo algunos grupos étnicos chinos tienden a ser musulmanes, sino que también hay chinos de etnia 汉 hàn musulmanes en prácticamente todas las ciudades. A los lectores vegetarianos les recomendamos ir a los restaurantes halal chinos, ya que encontrarán una oferta más amplia de platos vegetarianos, aunque tendrán que tener un ojo abierto porque en esta comida se utiliza más el pollo y los animales marinos. Seleccioné comida halal, porque por defecto eso quitaría el cerdo de la ecuación y, eventualmente si no podía pedir comida vegetariana, sería estadísticamente más probable encontrar comida vegetariana entre los platos halal.

Tras seleccionar la comida halal, llamé por teléfono a recepción. Allí pregunté en chino si podía pedir comida completamente vegetariana, les expliqué que no tenía problemas con el huevo y los lácteos, pero que no quería ninguna comida que incluyera carne de cerdo, vaca, pollo o animales marinos. En la recepción no tuvieron ningún problema y de hecho, no les llamó la atención para nada. China es un país bastante “veg-friendly” y ya tendremos ocasión de contar alguna anécdota de más adelante en este viaje al respecto. Por si esto fuera poco, hay un pequeño grupo de vegetarianos entre practicantes del budismo y el taoísmo. En la región Sur de China es donde es más común encontrar vegetarianos, aunque cada vez se nota más que en las grandes ciudades hay personas que practican el vegetarianismo o incluso el veganismo por razones éticas, lo que está consiguiendo ampliar la ya bastante grande oferta de comida vegetariana. Al cabo de un rato de haber confirmado la comida con la recepción, el intérprete de inglés me llamó por teléfono y me preguntó si podía hablar en inglés. El personal del hotel quería confirmar el pedido de comida vegetariana en inglés y asegurarse de que habían entendido bien todo. Aunque habíamos podido comunicarnos sin problemas en chino, agradezco el gesto de preocupación, ya que el personal demostró que realmente cuidarían de mi comodidad. Como pude comprobar en los siguientes días, ningún plato incluyó carne a pesar de la gran variedad. Agradezco aquí públicamente el esfuerzo de todo el personal, ya que en más de una ocasión algún cocinero despistado ha incluido carne, normalmente de origen marino, por no asociarlo al concepto de “carne”. En el hotel de 广州 Guǎngzhōu fueron muy cuidadosos al respecto. Incluso dos días más tarde, el intérprete de inglés volvió a comunicarse telefónicamente conmigo para preguntarme por la comida. Querían saber si todos los platos se adaptaban a mi dieta y si me habían gustado.

Esperamos que esta experiencia sirva no solo a posibles viajeros vegetarianos, sino también a otras personas con restricciones alimenticias ya sea por cuestiones éticas, religiosas o de salud. Sin importar el menú que ofrezca el hotel, siempre se puede consultar al personal y si hubiera alguna restricción, por norma general se preocuparán por atender a la necesidad. Tras la última llamada telefónica incluso comencé a pensar que, si hubiera algún aspecto de la comida que realmente no me gustara, algo que impidiera que pudiera acabarme el plato, incluso eso podría hablarse con el personal del hotel. Personalmente toda la comida me pareció deliciosa y aunque algunos platos no eran mis favoritos, pude comerlos sin problemas; además, tampoco quería continuar complicando al personal del hotel. 


Los platos de 广东 Guǎngdōng

Al encontrarme en la sureña provincia de 广东 Guǎngdōng, los platos eran todos muy propios de la región: poco especiados, sin picantes o sabores fuertes, con gran variedad de verduras y siempre acompañado de arroz. Estos platos del Sur de China podrían ser más del agrado de los sudamericanos y españoles, aunque un poco pobres para latinoamericanos de gustos más fuertes, como los mexicanos. Si se ingresa por otro lugar de China la experiencia puede ser radicalmente diferente, como ocurren por ejemplo con la comida del Suroeste o del Noreste, que puede ser muy picante y especiada, perfecta para los centroamericanos, pero un completo dolor de cabeza para muchos argentinos, uruguayos y chilenos.

Aunque la comida de 广东 Guǎngdōng es la que menos me gusta de China, encontré todos los platos deliciosos, ya que habían sido preparados con gran maestría, combinando sabores y rotando platos diariamente para evitar el cansancio.

El desayuno solía ser algún tipo de pan al vapor como el 馒头 Mántou, un sencillo pan blanco, o un 包子 bāozi, un pan relleno, acompañado de algún pequeño snack dulce hecho a base de arroz glutinoso, poroto rojo u otras legumbres. Rara vez se nos dio algún otro tipo de pan como por ejemplo 油条 yóutiáo, un delicioso y adictivo pan frito de sabor similar a la torta frita. Acompañando solía venir una generosa porción de fideos, en mi caso con pequeñas verduritas como brotes de soja y zanahoria. En pocas ocasiones esto varió para ser reemplazado por alguna verdura como por ejemplo coliflor. A veces, también venía una batata cocinada al vapor, un perfecto complemento para el último plato del desayuno. Cada mañana terminaba con un generoso cuenco de 粥 zhōu, un plato chino realizado normalmente a base de arroz o cereales. El 粥 zhōu se realiza cocinando el arroz, o el cereal seleccionado, en exceso de agua, para generar una especie de sopa espesa. A lo largo de los 10 días, el 粥 zhōu solía ser de arroz, con pequeñas variaciones que iban de desde cambiar el tipo de arroz hasta agregarle otros cereales o incluso trozos de batata. Un día el 粥 zhōu fue a base de sésamo negro y nuez y otro día fue reemplazado por leche de soja. 

El almuerzo fue lo que más varió durante toda la cuarentena. Una base de arroz con unas verduras de hoja y hongos fue lo único que se mantuvo más o menos inalterable. Luego, el resto del plato era de los más variados, alternando entre diferentes tofus, verduras y hongos. A veces, platos de regiones más norteñas se colaban en la clásica comida de 广东 Guǎngdōng y daban nuevas notas de sabor. Algún pequeño ají picante o pimienta de 四川 Sìchuān pudo verse en pequeñas cantidades y también platos más propios de la comida de 上海 Shànghǎi, que tampoco son extraños en la región. Abrir el paquete del almuerzo cada día era una experiencia emocionante, así también como una oportunidad para degustar platos que hasta entonces no había tenido la suerte de poder probar. A modo de “postre” venía una fruta que variaba cada día y que podía ser desde una banana o una mandarina a una pera asiática o una fruta del dragón o pitahaya.

La merienda/cena era similar al almuerzo, también con un generoso colchón de arroz con el que acompañar 3 pequeños compartimientos con platillos diferentes. En China estas son las comidas principales y no existe la costumbre de incluir comidas muy dulces en el desayuno o la merienda. Incluso los platos catalogados como “dulces” son sabores suaves que no consiguen empalagar. Por eso puede ser una buena idea llevar un pequeño snack dulce para comer luego de alguna comida. 

火龙果 Huǒlóng guǒ, fruta del dragón o pitahaya.

Bebidas variadas

La habitación del hotel incluía sobres de café instantáneo de una conocida marca de café y unos sobres de un té de gran calidad. Para prepararlos había una tetera eléctrica muy práctica. El problema era que no había una buena taza. La habitación incluía unos pequeños “vasos de avión” (según estaban catalogados en el manual del hotel), demasiado chicos para los sobres de café. Para preparar café utilicé el vaso colocado en el baño, cuyo fin era servir de soporte al cepillo de dientes y la pasta dentífrica. Por fortuna la taza plástica soportó las altas temperaturas del agua sin problemas. Según el manual del hotel, se podía pedir más té o café por unos pocos yuanes (los mismos que cobrarían en cualquier supermercado, no había un sobreprecio por este servicio). 

A veces, el almuerzo o la cena podía venir acompañado de una bebida adicional. En dos ocasiones esta bebida fue una lata de Coca-cola. Aunque esta famosa bebida es muy común en China, y de hecho tiene una larga historia desde principios del siglo XX cuando se abrió la primera fábrica en 上海 Shànghǎi y se le colocó el ingenioso nombre en chino de 可口可乐 Kěkǒu kělè, no es la bebida más ampliamente consumida de entre todas las bebidas envasadas. Hay mucha competencia de sabores y marcas. Además, no es el mejor acompañamiento para la comida china, que a veces es algo aceitosa y picante, y que puede crear un combo de internación hospitalaria en conjunto con una Coca-cola. En algunos restaurantes, al ver que uno es extranjero, colocan esta famosa bebida en la mesa, porque todavía hay cierta idea de que los extranjeros acompañan todas sus comidas con este brebaje.

En otras dos ocasiones se nos ofreció yogurt bebible con pequeños trozos de fruta. Otras dos veces se nos sirvió una botella de 乌龙茶 Wūlóngchá, té oolong. Hay una gran oferta de té embotellado en China, aunque normalmente son bebidas muy dulces que impiden disfrutar del sabor del té. Por fortuna, el que se nos ofreció tan solo era té, y aunque se notaba que no era un té fresco y que había comenzado su proceso de oxidación, era bastante disfrutable. Tan solo en una ocasión se nos ofreció 王老吉 Wáng lǎo jí, un famoso té tradicional del Sur de China, que ahora puede conseguirse enlatado.

Una experiencia culinaria

Aunque las fotografías de la comida en los recipientes de plástico no hacen justicia al sinfín de sabores y olores, al menos en el 广州市国际健康驿站 Guǎngzhōu shì guó jì jiàn kāng yì zhàn, Estación de salud internacional de la ciudad de Guǎngzhōu, la comida era un motivo de alegría diario que ayudaba a sobrellevar la cuarentena. Las porciones eran abundantes incluso para un latinoamericano que gusta de la actividad física y el buen comer y de prácticamente ningún plato podría realizar una crítica negativa. Esta es la experiencia de un gran amante de la comida china que ya tiene el paladar acostumbrado a muchos sabores y texturas, en un hotel especialmente bueno. Por tanto, puede no ser la experiencia de todo el mundo. De todas formas, semanas más tarde conocí a una estudiante ecuatoriana que pasó por el mismo hotel apenas dos días antes y, aunque era su primera vez en China descubriendo esta gastronomía y sentía un gran apego por la comida se su país, no tuvo ningún problema con la comida del hotel. 

Para el 1° de octubre, día de la fundación de la República Popular China, el paquete fue decorado especialmente para la ocasión.

Luego me tocó vivir una cuarentena en el hotel de la universidad, por lo que habrá ocasión de volver a hablar de comida china y de comparar sabores y costumbres. No obstante, más allá de las comidas de cuarentena, no hay lugar a dudas de que la comida china es una de las más variadas y deliciosas del mundo, comparable solo con grandes tradiciones culinarias como la india o árabe, o las de países latinoamericanos como México o Perú, por mencionar solo algunas de aquellas que hemos tenido el placer de disfrutar. A quienes no hayan probado auténtica comida china, a quienes quieran viajar a China o a quienes hayan tenido una mala experiencia con ella, les recomendamos probar o volver a probar platos chinos. Hay tantos platos tan diferentes, que juegan con sabores, olores y texturas tan variados que estamos seguros de que hay platos que deleitarán incluso a los paladares más estrictos. 

Uno de los mejores platos en la universidad.

Por ahora no continuaremos hablando de la deliciosa comida china, en el próximo artículo nos centraremos en otros aspectos de esta cuarentena de entrada al país, como por ejemplo los estudios PCR, las mediciones de temperatura o el día a día de la cuarentena. Además, podremos contar la frustrante situación de que otro pasajero del avión, que también estaba hospedado en el hotel, diera positivo en Covid-19 y los problemas que eso trae aparejado al resto de viajeros.


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2 comentarios

  1. Siempre me parecen muy interesantes las crónicas de viaje. Estas,particularmente por la razón de que pienso viajar en el 2023 y todos los datos son de suma utilidad. Igualmente espero se flexibilicen un poco las medidas ya que la suma de cuarentenas puede superar el tiempo y dinero disponible para el total de la estadía y eso sería una pena. Aquí seguiré atenta a tus comentarios 🇨🇳❤️🇦🇷

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    1. Por fortuna en 2023 los viajes a China no serán tan complejos como este. De todas formas, el viaje vale la pena y esperamos que aunque tenga un viaje más complejo de la habitual, pueda venir!

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