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La pólvora

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En el año 1206, Temuyín, un líder mongol, unificó a todos los pueblos nómadas bajo su mandato y se autoproclamó Gengis Kan, primer emperador del Imperio Mongol. Su imperio, el mayor de toda la historia, comenzó una agresiva campaña de expansión hacia todos los puntos cardinales, incluido el oeste, hacia donde se encontraban los reinos europeos. En el año 1241, guiados por Gengis Kan, el Imperio Mongol se enfrentó al Reino de Hungría, los estefanitas, los templarios, los teutones y los cumanos en la batalla de Mohi, también conocida como la Batalla del río Sajó. Unos 15.000 europeos se enfrentaron a unos 25.000 mongoles a caballo. Las tropas europeas conocían las tácticas mongolas de atacar a gran velocidad con numerosos arqueros a caballo, por lo que confiaban en poder contener el ataque. Cuando los ejércitos se encontraron, la ventaja mongola no parecía ser muy grande, hasta que de pronto comenzaron a escucharse estallidos, a verse fuego por doquier y a nublarse el campo de batalla por el humo. Cuando la batalla terminó y el viento arrastró el humo, el suelo estaba cubierto de soldados europeos; muy pocos mongoles habían caído. Los húngaros no supieron explicar a que se debían aquellas mortíferas explosiones, porque los mongoles se habían presentado en el campo de batalla con una nueva arma, una que los había aterrorizado durante años, hasta que aprendieron a utilizarla: la pólvora.

Una muralla no es suficiente

La dinastía 宋 Sòng (960 – 1279 e.c.) fue una de las dinastías de mayor florecimiento de China, tanto en lo tecnológico, como en lo científico, económico y cultural. Cuanto más crecía y se desarrollaba la cultura 宋 Sòng, más comunes eran los conflictos con los enemigos más allá de sus fronteras. Los más temibles eran las tribus nómadas al norte y oeste de China. Estas tribus, aunque débiles por separado, podían reclutar grandes ejércitos si se unían por una causa. No era extraño que algunas tribus se unieran para saquear ciudades y poblados chinos. Ya durante el Período de los Reinos Combatientes (476 - 221 a.e.c.), los reinos de China habían comenzado la construcción de una gran fortificación, la 长城 Cháng Chéng, Gran Muralla China, para evitar que las unidades de caballería enemiga pudieran entrar libremente al territorio chino. Pero, poco a poco, los pueblos mongoles se volvían más fuertes y se hacía evidente que un muro de piedra, por alto, grueso y largo que fuera, no sería suficiente para contenerlos.

La medicina de fuego

Algunos siglos antes, los alquimistas de la dinastía 唐 Táng (618-906 e.c.) buscaban un elixir para lograr la inmortalidad, experimentando constantemente con diferentes sustancias y estudiando sus reacciones químicas. En sus experimentos descubrieron una mezcla muy llamativa, que podía ser realmente peligrosa si no se trataba con sumo cuidado; la llamaron 火药 huǒ yào, literalmente medicina de fuego, conocida en español como pólvora. Poco tiempo pasó antes de que la pólvora se utilizara con fines bélicos, como la fabricación de bombas. Los desarrollos en tecnología militar continuaron y ya en el siglo X los ejércitos imperiales chinos contaban con una división de infantería armada con 火箭 huǒ jiàn, que literalmente significa "flecha de fuego", pero que conocemos en español como "cohete". Estos primeros cohetes fueron plasmados en un fragmento de seda del siglo X, descubierto en un templo budista de la provincia de 甘肃 Gānsù. En la escena puede verse a Buda meditando, mientras Mara y otros demonios intentan molestarlo, algunos disparándole con cohetes. 


A pesar de que los cohetes y la pólvora formaban parte de los ejércitos chinos, la primera mención de su uso en batalla no aparece en los textos hasta el año 1130. Durante la defensa de una ciudad ubicada el norte de la actual ciudad de 武汉 Wǔhàn, las tropas 宋 Sòng utilizaron cohetes para repeler a las tropas mongolas. El poder destructivo de los cohetes, sumado a la sorpresa, hizo estragos en las líneas mongolas. Las hordas mongolas conquistaron rápidamente todo el territorio circundante; tan rápido que ocurrió en vida de Gengis Kan, pero les tomó casi 150 años vencer a la dinastía 宋 Sòng.

Durante la intensa guerra entre los 宋 Sòng y el Imperio Mongol, se desarrolló una de las armas de pólvora más letales y relevantes de la historia: el cañón. La idea era similar al cohete, pero en lugar de utilizar bambú se forjaba un cilindro de metal dentro del cual un proyectil podía ser catapultado al enemigo prendiendo pólvora.

El arma secreta

Cuando el nieto de Gengis Kan, Kublai Kan, consiguió derrotar a los 宋 Sòng y establecer su propia dinastía, la dinastía 元 Yuán (1279 – 1368 e.c.), las armas de pólvora se transformaron en uno de los ejes principales del ejército. Las historias del arma secreta que contuvo a los mongoles casi 150 años y que dotó a la nueva dinastía 元 Yuán de un poder incalculable viajó por toda la Ruta de la Seda. Eventualmente la pólvora y el cañón viajaron a Medio Oriente y finalmente llegaron a Europa. 

En Europa fue muy bien recibida y gran cantidad de armamento se desarrolló utilizando pólvora. Tal fue la explosión de la pólvora en Europa, que se perdió la referencia de su origen y comenzó a ser llamada “uno de los grandes inventos europeos”. La pólvora fue fundamental para que los imperios europeos vencieran en combate a los imperios americanos y en pocos siglos les permitió derrotar militarmente a gran cantidad de enemigos apuntando con sus cañones, en una estrategia conocida como “diplomacia del cañonero”, utilizada durante las Guerras del Opio.

Los cuatro grandes inventos

Durante el siglo XVI se popularizó el concepto de “los tres mayores inventos”, tres grandes inventos europeos que posicionaron al continente como la principal potencia económico-militar del mundo. Estos inventos eran la brújula, la imprenta y la pólvora. Aunque es innegable que estos inventos jugaron un papel fundamental en las conquistas europeas, la brújula, la imprenta y la pólvora son en realidad inventos chinos, desarrollados siglos antes que en Europa. Es por esta razón que Joseph Needham contribuyó a la popularización del concepto de “los cuatro grandes inventos chinos”, a saber, la brújula, las armas de fuego, la imprenta y el papel. Estos inventos posicionaron a China como la gran potencia fuera de Europa, una posición que mantuvieron con la gran economía del Imperio 清 Qīng (1644-1911 e.c.) hasta el inicio de las Guerras del Opio.

Presentes en los Juegos Olímpicos

Ya hemos mencionado que la brújula, la imprenta de tipos móviles y el papel aparecen representados en la ceremonia de apertura de los Juegos Olímpicos de 北京 Běijīng 2008. La pólvora también tiene un papel central en esta ceremonia; de hecho, es tan sutil y omnipresente, que les ofrecemos a continuación la trasmisión completa del evento, de más de 4 horas, para que disfruten con el maravilloso despliegue de fuegos artificiales:

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