" San Francisco Javier y su intento de llegar a China

San Francisco Javier y su intento de llegar a China

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La historia del cristianismo en China posee muchas aristas dignas de ser exploradas, muchas de ellas extremadamente polémicas. Antes de presentar la obra de San Francisco Javier, reflexionaremos primero sobre el problema del intento de la evangelización de China del modo más ecuánime posible.

San Francisco Javier (1506-1552), como veremos, no llegó a China continental, porque falleció en una isla china antes de poder arribar, de modo que nunca llegó a tener, como sí ocurrió con otros padres jesuitas como Matteo Ricci, un nombre chino. El nombre de San Francisco Javier se traslitera 圣方济·沙勿略 Shèng Fāng jì·Shā wù lüè. En esta transliteración podemos ver el carácter 圣 shèng para indicar "santo" y el punto en el medio para separar el nombre de apellido, como indicamos en nuestro artículo de Reglas de acentuación del chino moderno. La palabra que se usa para denominar a los Padres de la Iglesia Católica es 神父 Shén fu.

El espinoso problema de la evangelización

Exploraremos tres facetas polémicas, solo para abrir la discusión e invitar a la reflexión, en tanto somos totalmente conscientes de que no podemos llegar a un acuerdo general en un tema tan subjetivo. Elegimos las que nos parecen más interesantes para el tema que estamos introduciendo y no porque sean los únicos problemas:

1) El contexto histórico

Si bien no es difícil que estemos de acuerdo en la necesidad de tener en cuenta el momento histórico del esfuerzo de los jesuitas para evangelizar China, podríamos tener divergencias en cuanto a cómo pararnos frente a esta historia. El mundo en siglo XVI visto desde los ojos de los europeos era bien diferente del mundo actual. Europa sale lentamente de la Edad Media y el cristianismo es considerado como la única religión verdadera. En ese momento también se había constituido como una estrategia de legitimación de la expansión conquistadora, que se hizo sin ningún tipo de respeto por las culturas originarias.

2) La perspectiva del creyente

Entendemos que quienes compartan la fe cristiana, sobre todos los católicos, tienen una perspectiva especial sobre la obra evangelizadora, porque entienden que está impulsada por el deseo de posibilitar la salvación de las personas. Quizás algunos de ellos puedan comprender también que existen tanto otras religiones como personas que no comparten ninguna de ellas, o bien tienen un acercamiento a estas que no es la de creencia, aunque sí un respeto cultural. Desde nuestra perspectiva, el cristianismo no ha formado parte de la tradición china, si bien es innegable que a partir del siglo XVI comienza a tener una presencia que persiste hasta hoy. En muchísimas ciudades chinas hay iglesias y catedrales y pequeñas comunidades de católicos y protestantes. Nos parece fascinante la cuestión de la adaptación cultural y el modo en el cual se configura la creencia, sobre todo porque han conseguido convivir pacíficamente con otros credos.

Padrão dos Descobrimentos, Belém, Lisboa

3) El colonialismo 

El cristianismo tiene una larga historia durante la cual se diversificó y dio lugar a fenómenos variados. Durante la colonización de América a partir del siglo XV y el colonialismo del siglo XX, una de las estrategias de legitimación fue la expansión del cristianismo. Esto no implica necesariamente que los misioneros estuvieran involucrados en la empresa colonialista, pero desde la perspectiva de los que sufrían las invasiones eran más de lo mismo. Si lo eran o no es algo que no es sencillo de interpretar, e incluso no conviene prejuzgarlo. Tampoco los misioneros habrán tenido una posición unitaria. ¿Cómo sería el mundo visto por San Francisco Javier? ¿Y cómo lo sería por los chinos de la época y de los siglos posteriores, frente a los intentos de evangelización?  Para profundizar este problema, en 1748, cuando ya había sido canonizado, fue designado como "Patrono de Oriente". (1)

Un Santo pionero

Esperamos que ahora estemos en una posición mejor para pensar en la obra de San Francisco Javier, el misionero jesuita nacido en Javier, reino de Navarra en 1506 y fallecido en 1552 la isla china de 上川 Shàngchuān, en el Sur, actualmente perteneciente a la provincia de 广东 Guǎngdōng, sin haber podido poner sus pies en el continente. Había conocido a Ignacio de Loyola, con quien funda la orden jesuita en 1528 en París. En ese momento la avanzada hacia el Este estaba a cargo de los navegantes portugueses, y desde Lisboa partió rodeando el continente africano. Hizo escala en Mozambique y se dirigió posteriormente a Goa, colonizada en ese momento por los portugueses. Allí se dedica a la evangelización hasta que, con el mismo propósito, parte hacia las Islas Molucas y posteriormente a Japón, donde permanece de 1549 a 1552. (2)

Padrão dos Descobrimentos, Belém, Lisboa. La figura de la derecha es San Francisco Javier

China no estaba abierta en ese momento a los extranjeros, pero Francisco Javier se une a un diplomático con el objetivo de alcanzar la corte imperial china. Sin embargo, al llegar a la isla de 上川 Shàngchuān, el jesuita, de menos de cincuenta años, fallece de una enfermedad ("unas fiebres", dicen los textos de la época). Actualmente hay una capilla en el lugar, en recuerdo del Santo, cuyos restos reposan en Goa. Otros jesuitas arribarían a territorio chino inspirados por su intento. 

(1) En esta página de difusión del Vaticano, además de una breve reseña de la vida del Santo, se cuenta la historia de su canonización y otros nombramientos.

(2) Si bien no representa los intentos de evangelización en China sino en Japón, dado que San Francisco Javier predicó en ese país, es interesante leer el libro Silencio, de Shūsaku Endō, y el filme que realizó Martin Scorsese en 2016 en base a este. En ambos se plantean los dilemas morales, antropológicos y teológicos de la evangelización.

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