" El retrato ecuestre del emperador 乾隆 Qiánlóng

El retrato ecuestre del emperador 乾隆 Qiánlóng

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Cuando pensamos en la dinastía 清 Qīng (1636-1912 e.c.) es inevitable que se evoquen imágenes del último emperador, de una dinastía decadente, de las Guerras del Opio, de un imperio hermético y de una sociedad tecnológicamente atrasada para la época. Esta es la imagen que ha perdurado de este gran imperio porque su decadencia y final fueron el caldo de cultivo de la Nueva China. Sin embargo, es sorprendente lo diferente que era el gobierno de la familia imperial al principio de la dinastía. Entre los siglos XVII y XVIII, el imperio 清 Qīng era una de las mayores potencias globales, con una gran riqueza económica y un gran desarrollo científico-tecnológico. 

Barcos británicos hundiendo a la flota imperial 清 Qīng en la Primera Guerra del Opio. Pintura de Edward Duncan.

Donde entra el comercio no entran las balas

Una de las razones por las que el imperio 清 Qīng era uno de los más ricos y poderosos del mundo se debía al comercio, algo que la Nueva China ha heredado. Los chinos llevan el comercio en las venas y necesitan de estabilidad, paz y buenas relaciones diplomáticas para lograr el desarrollo nacional. En contraste con las potencias coloniales que pasaron siglos invadiendo territorios y expoliando a su población, el ejército 清 Qīng no era la principal forma de enriquecimiento imperial, sino que el poderío de la dinastía se basaba en un importante intercambio cultural que permitían grandes vías de comercio, como por ejemplo la Ruta de la Seda.

En aquella dinastía 清 Qīng temprana, los puertos marítimos y las rutas de comercio terrestres rebosaban de barcos, caballos y camellos de comerciantes que compraban y vendían todo tipo de artículos. Este imperio abierto y centrado en el comercio contrasta con lo que ocurrirá a mediados y fines del siglo XIX cuando el gobierno imperial tenderá a cerrar el país a los extranjeros en un intento de impedir el tráfico de opio y cobrar los impuestos aduaneros.

Las guerras, invasiones y conflictos internos posteriores a los siglos de esplendor 清 Qīng arrasaron con gran parte de los objetos que atestiguan aquella política aperturista de la dinastía 清 Qīng temprana. No obstante, el ojo hábil sabrá donde mirar.

Una familia progresista

En el año 1735, el emperador 雍正 Yōngzhèng, hijo del emperador 康熙 Kāngxī, uno de los emperadores más importantes de la historia de China, falleció a la edad de 57 años. Automáticamente la responsabilidad del gobierno recayó en 乾隆 Qiánlóng. Sobre los hombros de 乾隆 Qiánlóng recaía también la presión de mantener el esplendor imperial que habían desarrollado su padre y sobre todo su abuelo.

El emperador 康熙 Kāngxī había aplicado una serie de importantes reformas imperiales. Gracias a la gran abundancia económica, el emperador 康熙 Kāngxī había podido destinar importantes partidas presupuestarias al desarrollo de la ciencia, el arte e incluso la lengua. Solo por citar el ejemplo más conocido, fue durante su gobierno que se construyó un importante diccionario que numeraba los radicales por número de trazos. Estos radicales son conocidos como kangxis o radicales kangxi en su honor.

Durante la dinastía 清 Qīng se profundizó un intercambio cultural muy importante que llevaba gestándose desde la dinastía 明 Míng (1368-1644 e.c.): los intercambios entre la corte imperial y los misioneros europeos. Aunque ya Matteo Ricci (1552-1610) había tenido un estrecho contacto con la corte imperial, e incluso había llegado a trabajar en dependencias del gobierno, no fue hasta el gobierno del emperador 康熙 Kāngxī que estas relaciones realmente se profundizaron. 

Matteo Ricci vistiendo ropas chinas.

Un renacentista italiano en China

Entre los varios misioneros europeos que colaboraban de forma directa o indirecta con el gobierno imperial 清 Qīng, se encontraba un italiano llamado Giuseppe Castiglione (1688-1766). Además de difundir sus creencias religiosas, Castiglione se dedicaba a la pintura. En la corte imperial el trabajo de este pintor italiano fue muy valorado, especialmente por los emperadores 康熙 Kāngxī y 雍正 Yōngzhèng, que se sintieron profundamente atraídos por sus representaciones de animales.

La particularidad de Castiglione era que, al haber tenido una formación pictórica incompleta en Europa, había continuado sus estudios en China, ahora aprendiendo de maestros chinos. El resultado no pudo ser más espectacular: una combinación de estilos europeos renacentistas y pintura tradicional china. Al apreciar hoy en día cualquier obra de Castiglione queda muy claro por qué era tan valorado en la corte imperial. Luego de una carrera tan exitosa como pintor en China, Castiglione no solo consiguió dominar el idioma, sino que también adoptó un nombre chino que quedó más ligado a su persona que su propio nombre italiano: 郎世宁 Láng Shìníng.

Hermosos caballos

Como buen emperador de etnia 满族 mǎnzú, manchú, el nuevo emperador 乾隆 Qiánlóng era un gran amante de los caballos y de las doctrinas militares basadas en la caballería y sobre todo en la caballería de arqueros. Al poco tiempo de asumir el cargo de emperador, comenzó a trabajar para reforzar el ejército imperial, centrándose en la caballería de arqueros, que creía que sería especialmente útil gracias a su gran movilidad en el campo de batalla, especialmente si el enemigo eran campesinos rebeldes.

Además de su afición a la equitación, el emperador 乾隆 Qiánlóng se había enamorado profundamente de las pinturas de caballos de Castiglione. Esto se debía a que el pintor italiano prestaba una gran atención a la anatomía de los caballos y aplicaba las técnicas de sombreado para conseguir un cierto efecto tridimensional. La pintura china y europea habían seguido caminos diametralmente diferentes. Como expresaron los primeros embajadores chinos en Europa a finales del siglo XIX, mientras que los pintores europeos buscaban que sus representaciones fueran lo más fieles a la realidad, los pintores chinos captaban la esencia de los objetos del mundo y los representaban de forma más simbólica. 

Detalle de una pintura de Castiglione.

Caballos para el emperador

En el cuarto año de su gobierno, el emperador 乾隆 Qiánlóng se dirigió al sur de 北京 Běijīng, la capital imperial, para pasar revista a sus tropas. El día de la revisión, 乾隆 Qiánlóng apareció frente a sus hombres vestido con la armadura más hermosa y compleja que jamás se había visto. Sobre un gran caballo de guerra, 乾隆 Qiánlóng pasó revista a las tropas portando su espada, un arco y gran cantidad de flechas. La imagen se correspondía con la idea de gobierno de este emperador: grandeza y riqueza. Luego de concluir el acto, ordenó a Castiglione que pintara para él un retrato ecuestre.

Cuatro años antes, Castiglione había revolucionado a la corte imperial cuando 乾隆 Qiánlóng le había ordenado que pintara su cuadro de emperador. Aunque el italiano había respetado las formas en las que estos cuadros se realizaban, no había podido resistirse a deslizar las técnicas aprendidas en Europa para hacer más realista la obra. Esto constituyó un antes y un después en las pinturas de los emperadores, no solo por el hecho de que un extranjero retratara al emperador, sino también por las técnicas pictóricas utilizadas. 

De izquierda a derecha, los retratos de los emperadores 康熙 Kāngxī, 雍正 Yōngzhèng y 乾隆 Qiánlóng. Notar la fiderencia estilística en el último, pintado por Castiglione.

Frente al nuevo encargo del retrato ecuestre del emperador en todo su esplendor preparado para el combate, Castiglione podía dar rienda suelta a todos sus conocimientos de pintura y combinar lo aprendido en Europa y China para conseguir una obra que representara al caballo de forma realista a la vez que respetaba las formas de retrato humano en el emperador. El resultado final fue tan impactante que hoy en día esta pintura ecuestre del emperador 乾隆 Qiánlóng es más reconocida que la pintura de cuando asumió el trono y contrasta con las pinturas de emperadores anteriores y posteriores. 

Una mezcla única

El cuadro es bastante complejo de analizar por la mezcla de estilos pictóricos utilizados. El caballo destaca por su gran realismo, y el pintor italiano no solo se centró en la anatomía del animal, llegando a pintar algunas venas, sino que también aplicó todas las técnicas que conocía para representar la tridimensión. 

El contraste de la figura principal del jinete con respecto al fondo recuerda bastante al claroscuro europeo, con una luz que ilumina la figura principal y deja en sombras el fondo. Empero, este estilo de representación no fue seleccionado de forma azarosa. En la pintura tradicional china, los retratos se realizan como si una potente luz incidiera de frente sobre el personaje. Mientras que en la pintura europea se ha tendido a colocar una iluminación lateral que acentúa los rasgos del personaje, en China se tendió a suavizarlos con la iluminación frontal. Castiglione respetó la iluminación frontal de la figura principal y los rasgos suaves en el rostro; sin embargo, esto le presuponía un problema para que el caballo no quedara iluminado de forma diferente. Con el estilo claroscuro consiguió no solo resolver el problema, sino también poder incluir un fondo muy detallado que no lleva a que el personaje principal se pierda en el cuadro. 

El paisaje de fondo era muy moderno para la época, pictóricamente hablando. Las hierbas en primer plano tienen un gran detalle que recuerda al bodegón europeo, una pintura casi de estudio y análisis de las formas. Cuanto más alejadas están las plantas, los detalles se pierden y las formas se insinúan tan solo con suaves trazos o toques con el pincel. Un detalle de estas plantas puede anticipar la pintura impresionista y  movimientos vanguardistas del siglo XIX y XX. Tras el pincel de Castiglione se esconde una interesante combinación realmente vanguardista para su tiempo. 

Las vanguardias europeas

En el siglo XIX, gracias a las grandes exportaciones chinas, arribaron a Europa gran cantidad de objetos artísticos y cotidianos profusamente decorados. Estos objetos se transformaron rápidamente en un símbolo de estatus, refinamiento y poder, porque eran muy escasos y costosos. No fueron pocos los artistas europeos que se sintieron atraídos por los diseños chinos. Lo que llamaba la atención a los artistas no eran los exóticos dragones y leones representados, sino el estilo con el que se representaba la naturaleza. Los trazos eran muchas veces sencillos, espontáneos, repetitivos y no buscaban una representación fiel de una garza o un loto, sino que buscaban captar una esencia no visual. Hoy en día, con el advenimiento de la fotografía, es mucho más clara la importancia del simbolismo en el arte, pero en Europa, en una época en la que los pintores tendían a buscar representaciones realistas del mundo, la forma china de representación supuso un antes y un después. 

En la pintura impresionista El valle de los naranjos, Santiago Rusiñol, 1901, las hojas y flores de los árboles están pintadas como en la pintura tradicional china.

A mediados y fines del siglo XIX surgieron vanguardias europeas inspiradas en la espontaneidad del trazo y la sencillez de las formas. Los impresionistas, con sus pinturas rápidas, formadas por grupos de pequeñas manchas realizadas a pincel recuerdan a los fondos de Castiglione. Vanguardias posteriores europeas reconocerán aún más el valor de este tipo de pintura. Por ejemplo, el postimpresionista Cézanne decía que dibujar no significa copiar ciegamente la realidad, sino buscar la armonía de varias relaciones. Pintores posteriores como Gauguin, Van Gogh, Matisse, Kandinsky o Dalí continuaron explorando las ideas artísticas chinas en su propio arte.

La paz en la pintura

Pablo Picasso, uno de los máximos exponentes de la pintura europea del siglo XX reconoció en la pintura tradicional china un valor que pocos artistas apreciaban en su tiempo. Curiosamente era un gran admirador de 齐白石 Qí Báishí, un pintor chino que se había alejado de las bases de la pintura tradicional china. 齐白石 Qí Báishí, en lugar de pensar en una escena y en la forma de transmitir conceptos más abstractos con el pincel, heredó de sus maestros un afán por buscar el realismo en los trazos espontáneos y rápidos. Estas ideas pictóricas, más parecidas al arte europeo que al chino es muy probable que tengan su base en la obra de Castiglione, ya que este pintor italiano desarrolló toda su carrera en el país del Río Amarillo.

Al final, el arte europeo y chino se encontraron e intercambiaron en múltiples ocasiones a lo largo de su historia reciente, demostrando una vez más que, aunque nos pueden separar las diferencias culturales, idiomáticas o políticas, al igual que cuando el emperador 乾隆 Qiánlóng se maravillaba con los caballos de Castiglione, o cuando Picasso copiaba los peces de 齐白石 Qí Báishí para aprender, el arte es una lengua más universal que nos acerca unos a otros. 

En la pintura de 齐白石 Qí Báishí los trazos y el manejo del espacio recuerdan a la pintura tradicional, pero existe un árduo trabajo de búsqueda de la figuración en plantas y animales.



(1) The Palace Museum: The Qianlong Emperor in Ceremonial Armor on Horseback

(2) 郎世宁的《乾隆大阅图》:乾隆五官凹凸有致(图)

(3) 名画赏析:郎世宁《乾隆大阅图》

(4) Pintura de Qi Baishi

(5) 刘伟宏 (2008), 《大舞台》2008 年双月号第4 期从郎世宁的《乾隆戎装大阅图》谈起———略谈中西贵族肖像画的差异与融合

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